Vea la guía del estudio: El Ministerio Del Espíritu Santo
Dones Especiales del Espíritu Santo
OBJETIVOS:
Al concluir este capítulo usted será capaz de:
Nombrar cuatro divisiones de dones espirituales usadas en este estudio.
Identificar los dones especiales del Espíritu santo.
Explicar la diferencia entre el don especial de ser un profeta y el don de profecía.
Explicar la diferencia entre el don especial de ser maestro y el don de enseñar.
VERSÍCULO LLAVE:
“Y él mismo constituyó a unos apóstoles, a otros profetas, a otros evangelistas, y a otros pastores y maestros” (Efesios 4:11).
INTRODUCCIÓN
Antes de estudiar este capítulo lea los pasajes de la Biblia abajo. Estas referencias listan los dones del Espíritu Santo:
Romanos 12:1-8
1 Corintios 12:1-31
Efesios 4:1-16
1 Pedro 4:7-11
Vuélvase al Apéndice de este manual. Lea estos mismos pasajes como son traducidos en la versión Amplificada de la Biblia, si usted tiene esta versión. Para los propósitos del estudio nosotros hemos dividido los dones en cuatro categorías principales:
Dones Especiales
Dones de Habla
Dones de Servicio
Dones de Señales
La Biblia no hace tal división de los dones. Nosotros hemos hecho para ayudarle a recordar los varios dones más fácilmente. Este capítulo discute los dones especiales. Los capítulos siguientes explican los de habla, servicio, y señales.
ESTABLECIDOS EN EL CUERPO
El capítulo anterior explicó la unidad y diversidad de os dones espirituales. Aunque hay muchos dones diferentes, ellos todos vienen de una fuente. Esa fuente es el Espíritu Santo. Dios tiene un lugar específico en la Iglesia para cada creyente:
“Pero ahora Dios ha colocado a los miembros en el cuerpo, a cada uno de ellos, como él quiso” (1 Corintios 12:18).
Cada miembro tiene un lugar que Dios ha escogido para él. Él es equipado para cumplir su propósito especial en la iglesia a través de los dones del Espíritu Santo.
Cuando cada creyente está llenando el lugar que Dios ha escogido para él y usando su don espiritual, la iglesia opera fácilmente. Dios lo compara al funcionamiento del cuerpo humano en que cada miembro… desde el ojo al dedo del pie… conoce y realiza su función (1 Corintios 12:1-31).
Recuerde mientras usted estudia estos dones espirituales que cada uno es igualmente importante en el Cuerpo de Cristo así como cada miembro del cuerpo humano es importante:
“El ojo no puede decir a la mano: No tengo necesidad de ti; ni tampoco la cabeza a los pies: No tengo necesidad de vosotros. Muy al contrario, los miembros del cuerpo que parecen ser los más débiles son indispensables” (1 Corintios 12:21-22).
Mientras usted estudia los dones espirituales, también recuerde que ellos no son habilidades naturales. Ellos son habilidades del Espíritu Santo para equipar a los creyentes para el servicio cristiano.
(Nota: En este y en los tres capítulos siguientes se dan sugerencias “Para Estudio Adicional” según cada don espiritual se discute. Esto se hace para permitirle completar su estudio de cada don antes de seguir al próximo.)
LOS DONES ESPECIALES
El primer grupo de dones espirituales es lo que nosotros llamaremos de “dones especiales”. Nosotros usamos este título para estos dones porque cada uno es una posición de liderazgo especial en la iglesia:
“Y él mismo constituyó a unos apóstoles, a otros profetas, a otros evangelistas, y a otros pastores y maestros” (Efesios 4:11).
Éstas posiciones de liderazgo as veces se llaman de “oficios” en la iglesia. “Oficio” significa un lugar de responsabilidad y deber. Los dones de liderazgo especiales son:
Apóstoles
Profetas
Evangelistas
Pastores
Maestros
APÓSTOLES
“A unos puso Dios en la iglesia, primero apóstoles…” (1 Corintios 12:28).
“Y él mismo constituyó a unos apóstoles…” (Efesios 4:11).
Un apóstol es uno que tiene una habilidad especial para desarrollar nuevas iglesias en los lugares y culturas diferentes y vigilar varias iglesias como un supervisor. “Apóstol” significa un delegado, uno enviado con pleno poder y autoridad para actuar por otro”. El apóstol tiene una autorización especial o habilidad de extender el Evangelio a lo largo del mundo desarrollando cuerpos organizados de creyentes. Términos modernos usados por la iglesia para apóstoles son “misioneros” e “plantadores de iglesias”.
La Biblia habla de tres categorías diferentes de apóstoles. Jesucristo es llamado de un apóstol:
“Por tanto, hermanos santos, participantes del llamamiento celestial, considerad a Jesús, el apóstol y sumo sacerdote de nuestra confesión” (Hebreos 3:1).
Los doce discípulos de Jesús fueron llamados de apóstoles:
“Los nombres de los doce apóstoles son éstos…” (Mateo 10:2).
Los doce apóstoles tenían una función especial. Ellos eran parte del fundamento de la Iglesia. Mientras ellos tenían una función que ningún otro creyente jamás tendrá, hay también un don apostólico general del Espíritu Santo:
“Y él mismo constituyó a unos apóstoles…” (Efesios 4:11).
Según este pasaje, Dios es el que selecciona los apóstoles. Pablo confirma esto de nuevo:
“A unos puso Dios en la iglesia, primero apóstoles…” (1 Corintios 12:28).
La Biblia habla de señales especiales que confirman que una persona tiene el don de ser un apóstol:
“Las señales de apóstol han sido realizadas entre vosotros con toda paciencia, con señales, prodigios y hechos poderosos” (2 Corintios 12:12).
“Por las manos de los apóstoles se hacían muchos milagros y prodigios entre el pueblo, y estaban todos de un solo ánimo en el pórtico de Salomón” (Hechos 5:12).
El liderazgo especial de apóstoles sobre las iglesias se ilustra en el libro de Hechos:
“Entonces algunos que vinieron de Judea enseñaban a los hermanos: Si no os circuncidáis de acuerdo con el rito de Moisés, no podéis ser salvos. Puesto que surgió una contienda y discusión no pequeña por parte de Pablo y Bernabé contra ellos, los hermanos determinaron que Pablo, Bernabé y algunos otros de ellos subieran a Jerusalén a los apóstoles y ancianos para tratar esta cuestión” (Hechos 15:1-2).
“Cuando pasaban por las ciudades, les entregaban las decisiones tomadas por los apóstoles y los ancianos que estaban en Jerusalén, para que las observaran. Así las iglesias eran fortalecidas en la fe, y su número aumentaba cada día” (Hechos 16:4-5).
Los apóstoles extienden el mensaje del Evangelio levantando iglesias. Ellos dan dirección a estas iglesias y tienen señales espirituales especiales en su ministerio. El llamado y deseo ser un apóstol viene de Dios:
“Pablo, apóstol–no de parte de hombres ni por medio de hombre, sino por medio de Jesucristo y de Dios Padre, quien lo resucitó de entre los muertos” (Gálatas 1:1).
Este don especial es normalmente reconocido por una iglesia local que hace el envío del apóstol a otros lugares:
“Había entonces en la iglesia que estaba en Antioquia, unos profetas y maestros: Bernabé, Simón llamado Níger, Lucio de Cirene, Manaén, que había sido criado con el tetrarca Herodes, y Saulo. Mientras ellos ministraban al Señor y ayunaban, el Espíritu Santo dijo: “Apartadme a Bernabé y a Saulo para la obra a la que los he llamado.” Entonces, habiendo ayunado y orado, les impusieron las manos y los despidieron” (Hechos 13:1-3).
Un apóstol desea ministrar en lugares dónde otros no han trabajado:
“De esta manera he procurado predicar el evangelio donde Cristo no era nombrado, para no edificar sobre fundamento ajeno, sino como está escrito: Verán aquellos a quienes nunca se les anunció acerca de él, y los que no han oído entenderán” (Romanos 15:20-21).
“Para que anunciemos el evangelio en los lugares más allá de vosotros, sin entrar en territorio ajeno como para gloriarnos de la obra ya realizada por otros” (2 Corintios 10:16).
El apóstol está deseoso de adaptarse a otras culturas y estilos de vida para ganar las personas para Cristo:
“A pesar de ser libre de todos, me hice siervo de todos para ganar a más. Para los judíos me hice judío, a fin de ganar a los judíos. Aunque yo mismo no estoy bajo la ley, para los que están bajo la ley me hice como bajo la ley, a fin de ganar a los que están bajo la ley. A los que están sin la ley, me hice como si yo estuviera sin la ley (no estando yo sin la ley de
Dios, sino en la ley de Cristo), a fin de ganar a los que no están bajo la ley. Me hice débil para los débiles, a fin de ganar a los débiles. A todos he llegado a ser todo, para que de todos modos salve a algunos. Y todo lo hago por causa del evangelio, para hacerme copartícipe de él” (2 Corintios 9:19-23).
El apóstol desarrolla iglesias con liderazgo entrenado que puede continuar sin él:
“Después de anunciar el evangelio y de hacer muchos discípulos en aquella ciudad, volvieron a Listra, a Iconio y a Antioquia, fortaleciendo el ánimo de los discípulos y exhortándoles a perseverar fieles en la fe. Les decían: “Es preciso que a través de muchas tribulaciones entremos en el reino de Dios.” Y después de haber constituido ancianos para ellos en cada iglesia y de haber orado con ayunos, los encomendaron al Señor en quien habían creído” (Hechos 14:21-23).
Este versículo revela que el acompañamiento ministerial y el levantamiento de liderazgo calificado para nuevas iglesias son responsabilidades de un apóstol.
El sello, o evidencia, del don apostólico es el resultado espiritual que él trae a las vidas de otros. Pablo escribió a la Iglesia en Corinto que él había organizado:
“… Vosotros sois el sello de mi apostolado en el Señor” (1 Corintios 9:2b).
La habilidad de levantar comunidades de creyentes y organizarlas en un cuerpo de la iglesia es el sello del don de apostolado.
La Biblia advierte de los apóstoles falsos que son engañosos pero pueden reconocerse por sus obras:
“Porque los tales son falsos apóstoles, obreros fraudulentos disfrazados como apóstoles de Cristo. Y no es de maravillarse, porque Satanás mismo se disfraza como ángel de luz. Así que, no es gran cosa que también sus ministros se disfracen como ministros de justificación, cuyo fin será conforme a sus obras” (2 Corintios 11:13-15).
PARA ESTUDIO ADICIONAL:
El Nuevo Testamento da varios ejemplos de aquellos que tenían el don apostólico. Use estas referencias para el estudio adicional:
Pablo: Gálatas 1:1
Andrónico y a Junias: Romanos 16:7
Apolos: 1 Corintios 4:6,9
Santiago: Gálatas 1:9
Los Apóstoles de Jesús: Evangelios; Hechos.
PROFETAS
“Y a unos puso Dios en la iglesia, primeramente apóstoles, luego profetas,” (1 Corintios 12:28).
“Y él mismo constituyó a unos, apóstoles; a otros, profetas.” (Efesios 4:11).
Hay dos dones proféticos. Uno es el don especial de ser un profeta. El otro es el don de hablar de profecía. En general, la profecía se refiere a hablar bajo la inspiración especial de Dios. Es la habilidad especial para recibir y comunicar un mensaje inmediato de Dios a Su pueblo a través de una pronunciación divinamente ungida. A este punto, la definición se aplica al don de liderazgo especial de un profeta así como el don de hablar de profecía.
Pero una persona no es una profeta sólo porque él profetiza. Pablo dijo a la iglesia entera para desear el don de profecía:
“Seguid el amor; y anhelad los dones espirituales, pero sobre todo, que profeticéis” (1 Corintios 14:1).
“Porque todos podéis profetizar uno por uno, para que todos aprendan y todos sean exhortados” (1 Corintios 14:31).
Pero Pablo no indicó que todos éramos profetas. Él preguntó:
“¿Acaso son… todos profetas? (1 Corintios 12:29).
La diferencia entre un profeta y profetizar está clara en lo siguiente pasaje:
“Al día siguiente, partimos y llegamos a Cesarea. Entramos a la casa de Felipe el evangelista, quien era uno de los siete, y nos alojamos con él. Este tenía cuatro hijas solteras que profetizaban. Y mientras permanecíamos allí por varios días, un profeta llamado Agabo descendió de Judea. Al llegar a nosotros, tomó el cinto de Pablo, se ató los pies y las manos, y dijo: –Esto dice el Espíritu Santo: “Al hombre a quien pertenece este cinto, lo atarán así los judíos en Jerusalén, y le entregarán en manos de los gentiles” (Hechos 21:8-11)
Las hijas de Felipe tenían el don de hablar de profetizar. Pero Agabo era un profeta que no sólo dio mensajes proféticos pero tenía una posición de liderazgo en la iglesia. Dios lo usó en un papel de liderazgo con respecto al ministerio de Pablo. Agabo le dio dirección espiritual a respecto de lo que pasaría en Jerusalén a Pablo (Hechos 21:11).
Aquellos con el don especial de ser un profeta simplemente no hablan bajo la inspiración de Dios. Ellos también sostienen un oficio de autoridad y dirección en la iglesia. Esto es confirmado en Hechos 13:1-4 donde se usaron profetas y maestros en una capacidad de liderazgo para guiar a Bernabé y Saúl en el ministerio especial a que Dios los había llamado.
En el Antiguo Testamento las personas iban a los profetas para buscar la guía. El don del Espíritu Santo no había sido dado todavía. La presencia de Dios estaba cerrada en el Lugar Santísimo. Debido a la muerte y resurrección de Jesús nosotros tenemos acceso ahora a la presencia de Dios. El don del Espíritu Santo se ha dado y, mientras usted previamente conoció, uno de Sus propósitos es la guía:
“Porque todos los que son guiados por el Espíritu de Dios, éstos son hijos de Dios” (Romanos 8:14).
No hay más ningún requisito para ir a un profeta recibir la guía espiritual. Ésta es una de las funciones del Espíritu Santo en la vida del creyente. Cada creyente debe aprender a ser guiado por el Espíritu de Dios. El Nuevo Testamento no da ningún registro de creyentes que buscan la guía de los profetas después que el don del Espíritu Santo fue dado.
Pero Dios todavía usa este don para confirmar la guía que Él ya ha dado a un creyente a través del Espíritu Santo. Esto es lo que pasó en el caso de Agabo y Pablo. Pablo ya sabía que él debería ir a Jerusalén. La profecía de Agabo reveló lo que pasaría allí a él. No era una profecía de guía diciendo a Pablo para ir o no a Jerusalén.
Se llaman las palabras habladas por un profeta bajo la inspiración divina de “profecías”. Profetizar significa declarar las palabras de Dios abiertamente para exhortar, edificar, y consolar:
“En cambio, el que profetiza habla a los hombres para edificación, exhortación y consolación” (1 Corintios 14:3).
La profecía no sólo ministra a las creyentes a través de la edificación pero también al no-salvo. La profecía puede convencer a los incrédulos y puede causarlos a volver al Señor:
“Pero si todos profetizan, y entra algún no creyente o indocto, por todos será convencido, por todos será examinado, y lo oculto de su corazón será revelado. Y de esta manera, postrándose sobre su rostro, adorará a Dios y declarará: ¡De veras, Dios está entre vosotros!” (1 Corintios 14:24-25).
Uno de los propósitos de un profeta es traer las personas al arrepentimiento:
“Sin embargo, les envió profetas para que los hiciesen volver a Jehová; y éstos les amonestaron, pero ellos no escucharon” (2 Crónicas 24:19).
La Biblia se refiere a la profecía como un gran don y como siendo más deseable que el don de lenguas:
“Seguid el amor; y anhelad los dones espirituales, pero sobre todo, que profeticéis. Porque el que habla en una lengua no habla a los hombres sino a Dios; porque nadie le entiende, pues en espíritu habla misterios. En cambio, el que profetiza habla a los hombres para edificación, exhortación y consolación” (1 Corintios 14:1-3).
“Así que, yo quisiera que todos vosotros hablaseis en lenguas, pero más, que profetizaseis; porque mayor es el que profetiza que el que habla en lenguas, a no ser que las interprete, para que la iglesia reciba edificación” (1 Corintios 14:5).
“Así que, hermanos míos, anhelad profetizar; y no impidáis hablar en lenguas” (1 Corintios 14:39).
El Espíritu Santo siempre está en el control de la verdadera profecía y dirige la atención a Jesucristo:
“Pero no quiero que ignoréis, hermanos, acerca de los dones espirituales. Sabéis que cuando erais gentiles, ibais como erais arrastrados, tras los ídolos mudos. Por eso os hago saber que nadie, hablando por el Espíritu de Dios, dice: Anatema sea Jesús. Tampoco nadie puede decir: Jesús es el Señor, sino por el Espíritu Santo” (1 Corintios 12:1-3).
La profecía nunca reemplazará la Palabra escrita de Dios. La Biblia dice que la profecía cesará, pero la Palabra de Dios permanece para siempre:
“El amor nunca deja de ser. Pero las profecías se acabarán, cesarán las lenguas, y se acabará el conocimiento” (1 Corintios 13:8).
“Pero la palabra del Señor permanece para siempre. Esta es la palabra del evangelio que os ha sido anunciada” (1 Pedro 1:25).
La Biblia advierte de falsos profetas (Mateo 24:11,24; Marcos 13:22). Una persona llamada “falso profeta” será evidente en los eventos al final del mundo (Apocalipsis 13:11-17; 16:13; 19:20; 20:10).
Porque hay falsos profetas, la Palabra de Dios proporciona varias maneras de identificar las verdaderas profecías. Usted puede reconocerlas por:
1. ERROR DOCTRINAL:
“De manera que tenemos dones que varían según la gracia que nos ha sido concedida: Si es de profecía, úsese conforme a la medida de la fe” (Romanos 12:6).
La frase “la medida de la fe” significa en relación correcta a la fe. La manera de reconocer las verdaderas profecías es por si ellas están o no de acuerdo con las doctrinas básicas de la fe cristiana reveladas en la Biblia. Por ejemplo, los profetas falsos no confiesan la deidad de Jesús:
“Amados, no creáis a todo espíritu, sino probad los espíritus, si son de Dios. Porque muchos falsos profetas han salido al mundo. En esto conoced el Espíritu de Dios: Todo espíritu que confiesa que Jesucristo ha venido en carne procede de Dios, y todo espíritu que no confiesa a Jesús no procede de Dios. Este es el espíritu del anticristo, del cual habéis oído que había de venir y que ahora ya está en el mundo” (1 Juan 4:1-3).
Los falsos profetas enseñan inmoralidad sexual y permisivismo:
“Pero hubo falsos profetas entre el pueblo, como también entre vosotros habrá falsos maestros que introducirán encubiertamente herejías destructivas, llegando aun hasta negar al soberano Señor que los compró, acarreando sobre sí mismos una súbita destrucción. Y muchos seguirán tras la sensualidad de ellos, y por causa de ellos será difamado el camino de la verdad. Por avaricia harán mercadería de vosotros con palabras fingidas. Desde hace tiempo su condenación no se tarda, y su destrucción no se duerme” (2 Pedro 2:1-3).
Los falsos profetas intentan llevar las personas para fuera de la obediencia a la Palabra de Dios (Deuteronomio 13:1-5). Este tipo de profecía no está en relación correcta a la fe cristiana.
2. SEÑALES ENGAÑOSAS:
Los falsos profetas engañan las personas con señales milagrosas:
“Muchos falsos profetas se levantarán y engañarán a muchos…
Porque se levantarán falsos cristos y falsos profetas, y darán grandes señales y maravillas de tal manera que engañarán, de ser posible, aun a los escogidos” (Mateo 24:11,24).
3. FRUTO MAL:
La evidencia de fruto espiritual es la verdadera prueba de cualquier ministerio:
“Guardaos de los falsos profetas, que vienen a vosotros vestidos de ovejas, pero que por dentro son lobos rapaces. Por sus frutos los conoceréis. ¿Acaso se recogen uvas de los espinos o higos de los abrojos?” (Mateo 7:15-16).
En Capítulo Once usted estudiará el fruto del Espíritu Santo. Éstos son calidades espirituales que un verdadero profeta tendrá.
4. RECLAMACIONES FRAUDULENTAS:
Cualquier profeta que exige ser divino o igual que Cristo es falso:
“Entonces yo les declararé: Nunca os he conocido. Apartaos de mí, obradores de maldad! Cualquiera, pues, que me oye estas palabras y las hace, será semejante a un hombre prudente que edificó su casa sobre la peña” (Mateo 24:23-24).
5. PROFECÍAS INCUMPLIDAS:
La prueba final por que un verdadero profeta puede identificarse es si lo que él ha profetizado viene a pasar o no:
“Pero el profeta que se atreva a hablar en mi nombre una palabra que yo no le haya mandado hablar, o que hable en nombre de otros dioses, ese profeta morirá. Puedes decir en tu corazón: ¿Cómo discerniremos la palabra que Jehová no ha hablado? Cuando un profeta hable en el nombre de Jehová y no se cumpla ni acontezca lo que dijo, ésa es la palabra que Jehová no ha hablado. Con soberbia la habló aquel profeta; no tengas temor de él” (Deuteronomio 18:20-22).
PARA ESTUDIO ADICIONAL:
La profecía puede venir de tres fuentes diferentes:
El espíritu humano: Jeremías 23:16; Ezequiel 13:2,3
Los espíritus malos y mentirosos: Isaías 8:19-20; 1 Reyes 22:22; Mateo 8:29; Hechos 16:17.
El Espíritu Santo: 2 Samuel 23:2; Jeremías 1:9; Hechos 19:6; 21:11
Esto es por qué nosotros debemos juzgar las profecías para determinar si ellas son o no del Espíritu Santo.
La Biblia da muchos ejemplos de profetas del Antiguo y Nuevo Testamento para usted estudiar para aumentar su comprensión de profetas y del don de profecía. Mientras usted estudia estas referencias intente distinguir entre aquellos que tenían el don especial de ser un profeta [liderazgo] de aquellos que tenían simplemente el don de profecía.
Profetas del Antiguo Testamento:
Abraham: Génesis 20:7
Moisés: Deuteronomio 34:9
Habacuc: Habacuc 1:1
Isaías: 2 Reyes 19:2
Miqueas: Mateo 2:5-6
Oseas: Mateo 21:15
Efraín: Oseas 9:8
Joel: Hechos 2:16
Jeremías: Jeremí
as 1:5
Gad: 1 Samuel 22:15
Zacarías: Zacarías: 1:1
Ajías: 1 Reyes 11:29
Samuel: 1 Samuel 3:20
Jehú: 1 Reyes 16:7
Natán: 2 Samuel 7:2
Micaías: 1 Reyes 22:7-8
Jonás: 2 Reyes 14:25
Ido: 2 Crónicas 13:22
Azur: Jeremías 28:1
Ezequiel: Ezequiel 2:1-5
Ananías: Jeremías 28:17
Daniel: Mateo 24:15
Balaam: 2 Pedro 2:15-16
Amós: Hechos 7:42-43
Semaías: 2 Crónicas 12:5
Eliseo: 1 Reyes 19:16
Elías: 1 Reyes 18:22
Hageo: Hageo 1:1
David: Hechos 2:29-30
Aarón: Éxodo 7:1
Azarías: 2 Crónicas 15:8
Obed: 2 Crónicas 15:8
Asaf: Salmos 78:2
Profetizas del Antiguo Testamento (mujeres):
María (o Miriam): Éxodo 15:20
Débora: Jueces 4:4
Hulda: 2 Reyes 22:14
Noadía: Nehemías 6:14
La Esposa de Isaías: Isaías 8:3
Profetas del Nuevo Testamento:
Jesús: Mateo 21:11
Juan Bautista: Mateo 11:7-11
Agabo: Hechos 11:27-28; 21:10
Judas: Hechos 15:32
Silas: Hechos 15:32
Líderes de Antioquia: Hechos 13:1
Profetisas del Nuevo Testamento (mujeres):
Ana: Lucas 2:36
Hijas de Felipe: Hechos 21:8-9
Estudie las directrices para usar la profecía cuando la iglesia se reúne: 1 Corintios 14:29-31.
EVANGELISTAS
“Y él mismo constituyó a unos apóstoles, a otros profetas, a otros evangelistas, y a otros pastores y maestros” (Efesios 4:11).
Un evangelista tiene una habilidad especial de compartir el Evangelio de tal modo con los non-creyentes que los hombres y mujeres responden y se vuelven miembros responsables del Cuerpo de Cristo. El significado de la palabra “evangelista” es “uno que trae buenas noticias”.
La palabra evangelista ocurre tres veces en el Nuevo Testamento. En Efesios se lista como uno de los dones especiales:
“Y él mismo constituyó a unos… evangelistas” (Efesios 4:11).
A Timoteo fue dicho para hacer la obra de un evangelista:
“Pero tú, sé sobrio en todo; soporta las aflicciones; haz obra de evangelista; cumple tu ministerio” (2 Timoteo 4.5).
Aunque todos los creyentes deben hacer “la obra de un evangelista” y compartir el Evangelio con otros, Dios da a algunos el don especial de ser un evangelista. Felipe era uno que tenía el don espiritual de ser un evangelista:
“Al día siguiente, partimos y llegamos a Cesarea. Entramos a la casa de Felipe el evangelista, quien era uno de los siete, y nos alojamos con él” (Hechos 21:8).
Felipe realmente es la única persona en el Nuevo Testamento llamado a ser un evangelista. Su tendencia hacia este don fue evidente desde temprano en su experiencia con Cristo. Cuando Felipe se encontró con Jesús la primera cosa que él hizo fue compartir las noticias con Natanael:
“Felipe encontró a Natanael y le dijo: –Hemos encontrado a aquel de quien Moisés escribió en la Ley, y también los Profetas: a Jesús de Nazaret, el hijo de José. Y le dijo Natanael: ¿De Nazaret puede haber algo de bueno? Le dijo Felipe: –Ven y ve” (Juan 1:45-46).
Después Felipe dirigió los griegos espiritualmente hambr
ientos a Jesús:
“Ellos se acercaron a Felipe, que era de Betsaida de Galilea, y le rogaban diciendo: –Señor, quisiéramos ver a Jesús. Felipe fue y se lo dijo a Andrés. Andrés y Felipe se lo dijeron a Jesús” (Juan 12:21-22).
Felipe fue escogido como un discípulo (Mateo 10:3) y estaba en el aposento alto cuando el Espíritu Santo vino (Hechos 1:13). Felipe fue ordenado por los hombres como un diácono en la iglesia (Hechos 6:1-6) pero fue establecido por Dios como un evangelista (Efesios 4:11-12).
PARA ESTUDIO ADICIONAL:
El estudio adicional del ministerio de Felipe extenderá su conocimiento del don especial de ser un evangelista:
Su mensaje: Hechos 8:35
Liberación, milagros, sanidades: Hechos 8:5-8
Bautizado: Hechos 8:12,36-38
Predicando [el Reino de Dios]: Hechos 8:12
Su casa fue establecida en orden: Hechos 21:8-9
Viajando para extender el Evangelio: Hechos 8:4-5,26,40
La habilidad de persuadir los grupos: Hechos 8:6
Agitó ciudades enteras: Hechos 8:8
Ministró a los individuos: Hechos 8:27-38
Guiado por Dios: Hechos 8:26,39
El conocimiento de la Palabra de Dios: Hechos 8:30-35
Conocido por la efectividad del ministerio y contestación de las personas: Hechos 8:5-6,8,12,35-39
PASTORES
“Y él mismo constituyó a unos apóstoles, a otros profetas, a otros evangelistas, y a otros pastores y maestros” (Efesios 4.11).
Éste es el único lugar del Nuevo Testamento en la versión de la Biblia inglesa King James dónde la palabra “pastor” es usada . La palabra griega “pastor” realmente significa un pastor de ovejas. (El Nuevo Testamento fue originalmente escrito en griego). Pastores son líderes que asumen la responsabilidad personal a largo plazo por el bienestar espiritual de un grupo de creyentes. Porque la palabra pastor significa pastor de ovejas, los pastores deben seguir el ejemplo establecido por Jesús como “pastor de ovejas” o “pastor” de las personas:
“Y el Dios de paz, que por la sangre del pacto eterno levantó de entre los muertos a nuestro Señor Jesús, el gran Pastor de las ovejas” (Hebreos 13:20).
“Porque erais como ovejas descarriadas, pero ahora habéis vuelto al Pastor y Obispo de vuestras almas” (1 Pedro 2:25).
Jesús también se refirió a Él como el bueno pastor de ovejas y listó algunas de las funciones de un pastor de ovejas en Juan 10:1-18.
La Biblia menciona el oficio de un obispo (1 Timoteo 3). Muchos creen que esto es igual a un pastor debido a lo siguiente versículo que habla de Jesús:
“Porque erais como ovejas descarriadas, pero ahora habéis vuelto al Pastor y Obispo de vuestras almas” (1 Pedro 2:25).
Los requisitos espirituales para obispos, ancianos, y diáconos eran posiciones de liderazgo en la iglesia primitiva y deben también ciertamente ser cumplidas por uno que guiaría a estas personas como un pastor. Estudie éstos en 1 Timoteo 3:1-13.
Las responsabilidades de un pastor son alimentar y proteger espiritualmente aquellos bajo su ministerio. Esto deberá hecho con un motivo apropiado y no sólo por ganancia financiera:
“Tened cuidado por vosotros mismos y por todo el rebaño sobre el cual el Espíritu Santo os ha puesto como obispos, para pastorear la iglesia del Señor, la cual adquirió para sí mediante su propia sangre” (Hechos 20:28).
“Apacentad el rebaño de Dios que está a vuestro cargo, cuidándolo no por la fuerza, sino de buena voluntad según Dios; no por ganancias deshonestas, sino de corazón; no como teniendo señorío sobre los que están a vuestro cargo, sino como ejemplos para el rebaño. Y al aparecer el Príncipe de los pastores, recibiréis la inmarchitable corona de gloria” (1 Pedro 5:2-4).
La palabra “pastor” se usa sólo una vez en el Antiguo Testamento en el libro de Jeremías. Aquí, Dios da advertencias especiales a los pastores:
“… Los pastores se rebelaron contra mí” (Jeremías 2:8).
“Porque los pastores se han embrutecido y no han buscado a Jehová. Por eso no prosperaron, y todo su rebaño se ha dispersado” (Jeremias 10:21).
“Muchos pastores han arruinado mi viña y han pisoteado mi heredad. Han convertido mi preciosa heredad en un desierto desolado” (Jeremias 12:10).
“Ay de los pastores, que echan a perder y dispersan a las ovejas de mi prado!, dice Jehová. Por tanto, así ha dicho Jehová Dios de Israel a los pastores que apacientan a mi pueblo: ‘Vos
otros dispersasteis y ahuyentasteis mis ovejas, y no os ocupasteis de ellas. He aquí que yo me ocuparé de vosotros por la maldad de vuestras obras, dice Jehová” (Jeremías 23:1-2).
PARA ESTUDIO ADICIONAL:
Estudie los requisitos para ser obispo o diácono en la iglesia en 1 Timoteo 3:1-13. Éstos también se aplican a uno que sirve como un pastor. Estudie las características de Jesús como el Buen Pastor cedidas en Juan 10:1-18.
MAESTROS
“Y él mismo constituyó a unos apóstoles, a otros profetas, a otros evangelistas, y a otros pastores y maestros” (Efesios 4:11).
Maestros son creyentes que tienen la habilidad especial de comunicar la Palabra de Dios eficazmente de una tal manera que otros aprenden y aplican lo que se enseña. Enseñar involucra entrenamiento, no simplemente comunicar la información. La Biblia registra:
“Y él mismo constituyó a unos… maestros” (Efesios 4:11).
“A unos puso Dios en la iglesia,… en tercer lugar maestros” (1 Corintios 12:28).
“Si es de servicio, en servir; el que enseña, úselo en la enseñanza” (Romanos 12:7).
No todos los creyentes reciben el don especial de enseñar. Pablo preguntó:
“¿Acaso son todos apóstoles? ¿todos profetas? ¿todos maestros? ¿Acaso hacen todos milagros?” (1 Corintios 12:29).
Su respuesta a esta pregunta fue “no”. Dios da a algunos el don especial de enseñar.
El don especial de ser un maestro difiere del don de habla de enseñar así como ser un profeta difiere del don de habla de la profecía. Usted recordará que Hechos 13:1-4 mostró a maestros en una posición especial de liderazgo [junto con los profetas] guiando el ministerio de Pablo y Bernabé.
No todos los creyentes tienen el don especial de enseñar o el don de habla de enseñar. Pero todos los creyentes deben estar involucrados en enseñar el mensaje básico del Evangelio:
“Debiendo ser ya maestros por el tiempo transcurrido, de nuevo tenéis necesidad de que alguien os instruya desde los primeros rudimentos de las palabras de Dios. Habéis llegado a tener necesidad de leche y no de alimento sólido” (Hebreos 5:12).
Todos los creyentes maduros deben estar involucrados enseñando el Evangelio si o no ellos tienen el don especial de enseñar. (Debido a esto, el Instituto Internacional tiempo de Cosecha ofrece un curso separado titulado “Tácticas de Enseñanza” para proporcionar la instrucción extensa en este área).
La Biblia advierte de maestros falsos. Éstas son personas que exigen tener el don de enseñar pero no enseñan la verdadera Palabra de Dios:
“Pues mejor les habría sido no haber conocido el camino de justicia, que después de conocerlo, volver atrás del santo mandamiento que les fue dado” (2 Pedro 2:1).
“Porque vendrá el tiempo cuando no soportarán la sana doctrina; más bien, teniendo comezón de oír, amontonarán para sí maestros conforme a sus propias pasiones, y a la vez que apartarán sus oídos de la verdad, se volverán a las fábulas” (2 Timoteo 4.3-40).
“Tu primer padre pecó, y tus mediadores también han transgredido contra mí” (Isaías 43.27).
2 Pedro capítulo 2 y el libro de Judas listan algunas de las características personales por las cuales usted puede reconocer a los maestros falsos.
Es posible tener un motivo malo al enseñar. Usted simplemente no debe enseñar por ganancia financiera:
“A ellos es preciso tapar la boca, pues por ganancias deshonestas trastornan casas enteras, enseñando lo que no es debido” (Tito 1:11).
Aquellos que han sido enseñados en la Palabra de Dios deben enseñar a los creyentes fieles que podrán enseñar otros:
“El que recibe instrucción en la palabra comparta toda cosa buena con quien le instruye” (Gálatas 6:6).
“Lo que oíste de parte mía mediante muchos testigos, esto encarga a hombres fieles que sean idóneos para enseñar también a otros” (2 Timoteo 2.2).
Éste es el modelo de enseñanza continua que, si seguido, rápidamente se multiplica para extender el Evangelio a lo largo del mundo.
Una persona con el don espiritual de enseñar no enseña la sabiduría del hombre:
“De estas cosas estamos hablando, no con las palabras enseñadas por la sabiduría humana, sino con las enseñadas por el Espíritu, interpretando lo espiritual por medios espirituales” (1 Corintios 2:13).
Un maestro debe tener piadosa comprensión y sabiduría. Pablo advierte contra aquellos que son…
“Queriendo ser maestros de la ley, sin entender ni lo que hablan ni lo que afirman con tanta seguridad” (1 Timoteo 1.7).
Él enfatiza la importancia de enseñar con la sabiduría:
“A éstos, Dios ha querido dar a conocer cuáles son las riquezas de la gloria de este misterio entre las naciones, el cual es: Cristo en vosotros, la esperanza de gloria. A él anunciamos nosotros, amonestando a todo hombre y enseñando a todo hombre con toda sabiduría, a fin de que presentemos a todo hombre, perfecto en Cristo Jesús” (Colosenses 1:27-28).
Maestros deben vivir lo que ellos enseñan:
“Tú, pues, que enseñas a otro, ¿no te enseñas a ti mismo? Tú que predicas contra el robo, ¿robas? Tú que hablas contra el adulterio, ¿cometes adulterio? Tú que abominas a los ídolos, ¿cometes sacrilegio?” (Romanos 2:21-22).
Se juzgarán los maestros basándose en lo que ellos han enseñado:
“Hermanos míos, no os hagáis muchos maestros, sabiendo que recibiremos juicio más riguroso” (Santiago 3:1).
PARA ESTUDIO ADICIONAL:
Estudie los siguientes ejemplos de maestros en el Nuevo Testamento. ¿Quién usted piensa que podría haber tenido el don especial de ser un maestro? [una posición de liderazgo en la iglesia]. ¿Quién podría haber tenido sólo el don de enseñar?
Apolos: Hechos 18:24-25
Aquilas y Priscila: Hechos 18:26
Pablo: Hechos 20:20-21,27; 21:28
Anónimo: Hechos 13:1
Pedro: Hechos 5:28-29
Obtenga el curso del Instituto Internacional Tiempo de Cosecha titulado “Tácticas” de Enseñaza”. Enfoca en las tácticas usadas por el mayor maestro de todos, el Señor Jesucristo.
LÍDERES QUE TRABAJAN JUNTOS
Los cinco dones especiales de liderazgo funcionan juntos en el ministerio de la iglesia.
Apóstoles extienden el mensaje del Evangelio a las varias regiones y levantan a cuerpos organizados de creyentes. Dios da señales y maravillas milagrosas especiales para ayudar en esta extensión del Evangelio. El apóstol proporciona liderazgo especial a las iglesias que él levanta.
Profetas también proporcionan liderazgo en la iglesia. Una de sus funciones es dar mensajes especiales de Dios a través de la inspiración del Espíritu Santo.
Evangelistas comunican el Evangelio de una tal manera que las personas responden a él y se vuelven creyentes. Ellos pueden ministrar individualmente o en grupos grandes, pero su ministerio siempre produce a los nuevos creyentes. Estos creyentes vienen entonces bajo el cuidado de los apóstoles, profetas, pastores, y maestros de la iglesia para su desarrollo espiritual. El ejemplo de Felipe en Hechos capítulo 8 ilustra esto. Él trajo los Samaritanos a Cristo, entonces se los volvió a los apóstoles para enseñanza adicional.
Pastores ejercen el liderazgo y cuidado a largo plazo a aquellos que han creído a través del mensaje del evangelista. Ellos proporcionan el cuidado pastoral a aquellos que se convirtieron en creyentes a través del ministerio de los apóstoles. Su ministerio es un cuadro del cuidado amoroso de un pastor por su oveja.
Maestros proporcionan instrucciones que van más allá de la presentación del Evangelio por el evangelista. Ellos les enseñan a los creyentes a ser espiritualmente maduros. Ellos entrenan a las personas fieles que son capaces de enseñar otros.
La responsabilidad principal de aquellos con dones especiales de liderazgo es entrenar a otros creyentes para descubrir y usar sus dones espirituales (Efesios 4:11-16). Lo siguiente gráfico ilustra cómo los dones especiales funcionan juntos en la iglesia:
DIOS
I
DA
APÓSTOLES PROFETAS EVANGELISTAS PASTORES MAESTROS
I
PARA
I
CAPACITAR – EQUIPAR A LOS SANTOS
QUIÉNES
I
MINISTRAN EDIFICAN
I
RESULTANDO EN
UNIDAD CONOCIMIENTO PERFECCIÓN
I
PARA QUE EL CUERPO DE CRISTO PUEDA SER
I
NO MÁS COMO NIÑOS CRECER EN ÉL
(doctrina falsa) (verdad)
I
RESULTADO FINAL:
EFICAZ FUNCIONAMIENTO DE TODAS LAS PARTES DEL CUERPO EN AMOR
PRUEBA PERSONAL
1. Escriba el Versículo Llave de memoria.
_____________________________________________________________________________________________________________________2. Liste los cinco dones especiales de liderazgo discutidos en este capítulo:
_______________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________
3. ¿Por qué éstos se llaman “dones especiales”?
_____________________________________________________________________________________________________________________4. Lea cada declaración. Si la declaración es VERDAD escriba V en el espacio en blanco delante de ella. Si la declaración es FALSA escríbale F en el espacio en blanco delante de ella.
a. _____ Todos que profetizamos necesariamente no tenemos el don especial de ser un profeta.
b. _____ Todos que enseñamos necesariamente no tenemos el don especial de ser un maestro.
c. _____ Cada creyente debe enseñar el Evangelio a otros, pero esto no significa que todos los creyentes tienen el don de enseñar.
5. Mire los dones especiales en Lista Uno. Lea las definiciones en Lista Dos. Escriba el número de la definición que describe el don espiritual en el espacio en blanco proporcionado. El primero se hace como un ejemplo para usted.
Lista Uno Lista Dos
__2__ Profeta | 1. Enviado con la autoridad para actuar por otro para desarrollar nuevas iglesias y supervisarlas. |
_____ Apóstol | 2. Habla bajo la inspiración especial para comunicar un mensaje inmediato de Dios a Su pueblo; también una posición de liderazgo. |
_____ Pastor | 3. Comparte el Evangelio con los no-creyentes de tal modo que ellos responden y se vuelven miembros responsables del Cuerpo de Cristo; uno que trae buenas noticias. |
_____ Evangelista | 4. Asume el liderazgo a largo plazo para el bienestar espiritual de los creyentes; la palabra significa pastor de ovejas. |
_____ Maestro | 5. Comunica la Palabra de Dios de tal manera que otros aprenderán y aplicarán lo que se enseña; también una posición de liderazgo. |
6. Qué cuatro divisiones principales de dones espirituales están son usadas para los propósitos del estudio en esto y los capítulos siguientes:
_____________________________________________________________________
_____________________________________________________________________
_____________________________________________________________________
(Las respuestas se encuentran al final del último capítulo en este manual.)
PARA ESTUDIO ADICIONAL
Se dieron sugerencias para el estudio adicional mientras cada don especial se discutía en este capítulo. Esto fue hecho para permitirle completar su estudio de cada don antes de seguir para estudiar el próximo uno.
Los creyentes con los dones especiales son líderes que Dios pone en la iglesia. Pero éstas no son las únicas posiciones de liderazgo de la iglesia mencionadas en la Biblia.
Se mencionan los oficios de diáconos y ancianos en el Nuevo Testamento. La posición de obispo también se menciona. Algunas iglesias consideran a un obispo igual que un pastor. Otros lo consideran un oficio separado. Estas posiciones de liderazgo no son igual que los dones especiales de liderazgo que nosotros hemos estudiado. Ellos son oficios especiales establecidos por la iglesia primitiva a través de la guía del Señor.
El registro de la iglesia primitiva fue conservado por Dios como un ejemplo para nosotros seguir en la estructura de la iglesia. Estos o
ficios también deben funcionar en la iglesia hoy. El propósito de estos oficios es ayudar aquellos que tienen los dones especiales de liderazgo discutidos en este capítulo, es decir, los apóstoles, profetas, evangelistas, pastores, y maestros. Use el esbozo siguiente para estudiar estas posiciones de liderazgo.
OFICIOS DE LA IGLESIA
Título Referencias Deberes
Obispo | 1 timoteo 3:1- 7 | Muchos consideran que un obispo es igual que un pastor. Estos versículos indican que él tiene cuidado a largo plazo por el grupo de creyentes. |
Diacono |
1 Timoteo 3:8-13 |
Estos versículos indican que diáconos tienen un ministerio de servicio y ayuda. |
Diaconisa |
1 Timoteo 3:11 |
Diaconizas no son específicamente mencionadas en la Biblia. Algunas iglesias han adoptado este término para las esposas de diáconos u otras mujeres que ministran sirviendo y ayudando. |
Ancianos |
Hechos 20:17,28-32 |
Estos versículos indican que los ancianos proporcionan el liderazgo en las decisiones de la iglesia, ministran a las necesidades de los creyentes, y ayudan en el desarrollo y cuidado de los cuerpos locales de creyentes. |
Nota: La palabra “ancianos” es usada primero en la Biblia en Éxodo 3:16 en referencia a los líderes de Israel.
Hay muchas referencias a los ancianos de Israel a lo largo de la Biblia. Estos ancianos son diferentes de la posición de liderazgo conocida como un anciano en la iglesia primitiva. Todos los versículos que nosotros hemos listado aquí se refieren a los ancianos en la iglesia en lugar de los ancianos de Israel.
Observe que los ancianos funcionan en el liderazgo junto con los dones especiales de liderazgo que Dios ha puesto en la iglesia. Los ancianos no deben liderar la iglesia independiente de los líderes especiales de Dios, es decir, profetas, apóstoles, evangelistas, pastores, maestros. Dios ha puesto a los líderes especiales en la iglesia. El hombre escoge a los ancianos.
CALIFICACIONES
La Biblia da calificaciones específicas que deben ser llenadas por éstos oficios de la iglesia:
OBISPOS Y ANCIANOS:
Irreprensible [debe tener una reputación buena y no debe estar en violación de la Palabra de Dios]: 1 Timoteo 3:2; Tito 1:6,7
Marido de una esposa [Si casado, debe tener sólo una compañera]: 1 Timoteo 3:2; Tito 1:6
Moderado [Moderado en todas las cosas]: Tito 1:8; 1 Timoteo 3:2
Auto-controlado [Demuestra control en todas las áreas de la vida y conducta]: Tito 1:8
Sereno, vigilante [Prudente, sensato, sabio y práctico]: 1 Timoteo 3:2; Tito 1:8
Hospitalario [La casa está abierta a otros]: 1 Timoteo 3:2; Tito 1:8
Capaz de enseñar [Tiene una habilidad para comunicar la Palabra de Dios a otros]: 1 Timoteo 3:2; Tito 1:9
No dado a mucho vino: 1 Timoteo 3:3; Tito 1:7
Paciente [El contrario de templarse rápidamente]: 1 Timoteo 3:3
No arrogante [No egoísta y siempre queriendo su propia camino]: Tito 1:7
No un nuevo convertido [debe tener madurez y debe ser experimentado como un creyente]: 1 Timoteo 3:6
Amante de lo bueno [Apoyando todo que vale la pena a Dios y a Sus propósitos]: Tito 1:8
Justo [tratando con las personas]: Tito 1:8
Estable en la Palabra: Tito 1:9
Santo [Virtuoso, santificado]: Tito 1:8
No aficionado a la ganancia sórdida [no conocido por la codicia por la ganancia financiera. Libre del amor de dinero]: Tito 1:7; 1 Timoteo 3:3
Maneja bien su propia casa [debe
mostrar la habilidad de liderazgo en su propia familia]: 1 Timoteo 3:4-5
Hijos que creen [debe tener hijos que han respondido al Señor y no han sido rebeldes]: Tito 1:6
Reputación buena con aquellos de fuera [debe tener un testimonio bueno entre los non-creyentes]: 1 Timoteo 3:7
DIÁCONOS:
Dignidad [debe ser respetado y debe demostrar tener una mente y carácter serio]: 1 Timoteo 3:8
No doble de lengua [no da informes contradictorios]: 1 Timoteo 3:8
No dados a mucho vino: 1 Timoteo 3:8
No aficionado a la ganancia sórdida [No ávido por la ganancia financiera]: 1 Timoteo 3:8
Establecido en su compromiso a la fe: 1 Timoteo 3:9
Probado [Una persona que ha sufrido a pruebas ensayos espirituales y tentaciones y es un creyente probado]: 1 Timoteo 3:10
Más allá del reproche [ausencia de cualquier cargo de violación en la conducta]: 1 Timoteo 3:10
Marido de una esposa [Si casado debe tener sólo una compañera]: 1 Timoteo 3:12
Administra bien su casa e hijos [debe demostrar el liderazgo en la vida familiar]: 1 Timoteo 3:12
Experimentado [No un nuevo convertido, pero probado como un creyente]: 1 Timoteo 3:10
DIACONISA:
Mujeres: 1 Timoteo 3:11
Dignas [Respetado y demuestra una mente seria y carácter]: 1 Timoteo 3:11
No calumniadoras [no hable sobre otros de una manera calumniadora]: 1 Timoteo 3:11
Sobrias [Moderada en todas las cosas]: 1 Timoteo 3:11
Fiel en todas las cosas [Fiel y confiable en cada área de vida]: 1 Timoteo 3:11
Auxiliadora de muchos [debe ministrar a otros y ayudarlos en sus necesidades]: Romanos 16:2
LA ESTRUCTURA DE LA IGLESIA
La estructura bíblica de la iglesia se muestra en lo siguiente diagrama:
LA IGLESIA
I
Dones Especiales de Liderazgo
I
Apóstoles
I
Profetas
I
Evangelistas
I
Pastores
I
Maestros
(Efesios 2:20-22)
I
I(ayudaba por los oficios especiales de obispos, diáconos, ancianos,
y cada miembro del cuerpo usando su don espiritual en la iglesia
en el exacto lugar en que Dios los ha puesto)
I
Fundamento Puesto Por los Apóstoles y Profetas
Efesios 2:20
I
CONSTRUIDO EN LA ROCA – JESUCRISTO
I
Mateo 16:18
1 Corintios 3:11
Efesios 2:20
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